OPHRYS FICALHOANA, ILUSTRACIÓN DIGITAL
1 buscar información
En cualquier trabajo de ilustración el planteamiento es quizás una de las cosas más importantes: qué vamos a ilustrar, cuál es el objetivo y cómo vamos a desarrollar el trabajo. En el caso de la ilustración científica o de naturaleza, esta primera fase es fundamental, y ha de hacerse de la forma más rigurosa posible. Trabajar del natural, con un ejemplar real sería lo idóneo, pero eso no siempre es posible, así que hay que tirar de bibliografía ya sean libros físicos o consultando textos e imágenes en la red. Es necesario ponerlo todo en contexto, y tratar de representar la especie lo más fielmente posible. Esto da para otra entrada, así que ya abordaré el tema de la búsqueda de información más adelante.
En este caso, se trataba de ilustrar la orquídea ibérica Ophrys ficalhoana, que en Aragón tiene una distribución muy, muy reducida; tanto que la única población conocida es en la cola del embalse de Yesa. Así que aunque me hubiese encantado poder ir hasta allí para dibujarlas del natural, en la fase del estado de alarma en la que aún nos encontrábamos, me fue imposible.
2 comprender el modelo a representar
Las orquideas son una familia numerosa, con unas 25.000 especies conocidas en todo el planeta. Pese a que en el imaginario colectivo, suele asociarse su nombre con plantas de grandes flores y regiones tropicales, pueden encontrarse en cualquier región del globo a excepción de los polos y los desiertos más secos; de hecho en la Península Ibérica viven unas 115 especies.
La morfología de las orquídeas es compleja, con términos botánicos asociados que difieren de los que habitualmente utilizaríamos para describir cualquier otra flor. Cáliz y corola están formados por tres piezas cada uno, como es habitual en las monocotiledóneas. Uno de los pétalos, el orientado hacia abajo –debido al fenómeno conocido como resupinación- es el llamado labelo y es quizá la pieza más compleja y característica de las orquídeas. Puede ser lobulado, bífido, tener crestas o protuberancias, zonas brillantes, ser abundantemente peludo… En ocasiones la forma del labelo imita a la hembra de determinados insectos, con el único propósito de que los machos, en el intento de copular con lo que creen una hembra de su especie, acaben dispersando los polinios a otras flores fecundándolas.
3 dibujo, sombras y aplicación del color
La ilustración digital es una herramienta a mi modo de ver super útil: permite ir hacia atrás deshaciendo los últimos trazos (control+z), y trabajar por capas a las cuales podemos ajustar los nieveles de intensidad, color, saturación, opacidad… Ofrece seguridad en el proceso como ninguna otra técnica, aunque quizá por eso mismo tiene muchos detractores. A mi personalmente, me divierte trabajar con la tableta gráfica y me resulta cómodo, así que últimamente utilizo bastante esta técnica. Sin embargo, el proceso no es muy diferente a como trabajaríamos sobre un papel, y la ruta a seguir es un boceto inicial donde encajaremos las formas más generales, seguido de un dibujo detallado, y por último la aplicación del color. Existen varias formas de sombrear con la ilustración digital, pero aprovechando las diferentes posibilidades de fusionar las capas que nos ofrecen los programas de dibujo, opté en este caso por colorear en un gris neutro las zonas que quería que quedasen en sombra, para después poner esta capa en modo “multiplicar”. En las primeras fases de color, me gusta aplicarlo de manera tosca para poder ir trabajándolo poco a poco, con varias herramientas como el pincel mezclador de photoshop, modulando la transferencia del pincel, y añadiendo texturas finalmente.
4 arte final, o cómo hacerlo atractivo
La pinocha que tapiza el suelo, además de dar un soporte «físico» al dibujo de la planta, nos aporta información sobre el hábitat de esta especie en Aragón, pinares de repoblación. Para aumentar la sensación de calidez, he usado como fondo un papel de acuarela hecho a mano, con esas rebabas tan bonitas y elegantes que quedan en los márgenes.
Una frase que solía decir Antonio Ojea, Potri, era que hay que evitar caer en el lado oscuro, como él llamaba a los excesos del hiperrealismo; dejar la mano más suelta, sin entrar en detalles milimétricos que pueden llegar a aburrir por restar frescura al trabajo, cosa tremendamente fácil en el caso de la pintura digital porque el zoom te permite ampliar y ampliar y ampliar…
Esther